Un día me enamoré tanto, tanto, que me perdí en el camino.
Nada más hermoso que el amor, sentirlo, darlo, tenerlo, nada
me fortalece más que el amor. Así mismo, nunca en mis 33 había sentido dolor
tan grande como el día que lo perdí. Eso días, cuando vivía enamorado, me
sentía Goku, en su cuarta fase, me hablaban, me planteaban y yo sordo, enfocado
en ella. Nada más grandioso que ser un padre de familia, con familia.
¿Qué es el amor?, es poder en las personas, nos hace
fuertes, nos hace creativos, nos llena de vida y nos hace sentir completos, con
una función maravillosa en la vida. Pero el amor también es momentos agríos,
esos que agrandecen ese sentir. Cuando no hay plata ni lujos, hay amor, hay berraquera,
las cosas materiales desdibujan la escencia guerrera del amor, nos laxa y nos
mete en un círculo de confort incomparable. Amor es algo indecifrable,
indescriptible, es un sentimiento que nos mueve a conquistar nuevos universos. Entonces
acordemos que el amor, es algo indecifrable, mágico y que evoluciona a las personas.
Con amor, hacemos familias, no solo las de padres e hijos,
sino la de amigos, une a personas más allá de la sangre. Con amor, hacemos
empresas, inventamos cosas, creamos realidades que nunca existieron. Acordemos que
el amor logra grandes cosas
¿Y el desamor?, nos lleva al infierno, nos hace encontrarnos
con realidades que no aceptamos, el desamor mata el alma de las personas, más
allá de decir que de amor nadie se muere, de desamor sí. Encontramos nuestros
lados más oscuros, nos escondemos de nosotros mismos, huimos de los sueños y
construimos un mundo de resentimiento, eso es desamor. Duele, como la muerte
que se sobrevive, en dolor nos perdemos con nuestros caprichos, tapamos ese
enorme hueco que quedó en el pecho.
El desamor es detestable, no me deja saber quién soy, y aún
así, disfrutarlo es la única forma de superarlo, es por eso que el desamor nos
obliga a encontrarnos con dolor, pero como seres humanos somos invencibles,
nada nos tumba, así caminemos medio zombies, el desamor te mueve a seguir, hay
que aceptarlo, gozarlo y dejarlo ir.
Y el dolor, después de un tiempo hay que gozarlo, amar las
sombras y la depresión, allí estás tú. Aunque es mucho el sentimiento y la
incompresión, hay que valorar el dolor y disfrutarlo. El dolor nos enseña y de
ahí aprendemos lecciones que nunca en toda la vida olvidaremos. Es inevitable,
toda historia con amor verdadero, termina en dolor.
Y las lágrimas, guárdalas para ti. Porque son muy valiosas,
un escape del alma dolida que no tiene más escape. No regales tus lágrimas,
valóralas y déjalas para la soledad, es necesario entender ese dolor, sus
raíces, su explicación va doler, pero esas lágrimas serán un hito en tu
historia propia. Las lágrimas son el escape del sentimiernto, llora, llora
mucho si duele, es lo mejor. No logras nada ocultando tu dolor, es mejor llorar
que dejar pasar ese sentir tan tortuoso.
Con base en la experiencia, para hombres y mujeres solo
queda matate tete, ellas correrán detrás del más bacán que tienen en sus redes
(siempre habrá un remojado), y nosotros, correremos a la cantidad, a la
autodestrucción, a la búsqueda de uno mismo dentro de ese infierno de licor, drogas
y mujeres que no llenarán el vacío que te dejó tu mujer.
Pero y ¿la traición?, después de un tiempo, entendí que la traición
es solo un momento posterior al desamor, entonces lágrimas, licor y demás, para
superarlo. De eso nadie muere, por difícil que sea es una razón más para superar
esa relación. Aprovecha esa traición para hacerte la idea que quien falta, no
merece tu compañía.
La enseñanza sería según el caso, aprende a vivir con la frustración
de que perdiste, que nadie es para siempre (como antes), que la gente cambia y
nunca conoceremos realmente a quien duerme a tu lado. Comunicación y amor, es
lo que queda por hacer.
Ama y no dudes, no abras ventanas, quédate ahí
😊
Sé feliz